Náyades... Doncellas de agua dulce que moran en las profundidades oscuras de los lagos, en las corrientes fluviales de los ríos o incluso tras los secretos de las fuentes.
Personalmente las veo como mujeres misteriosas que defienden con uñas y dientes lo que es suyo, pero que también pueden amar y sentir las desdichas de la vida.
Sin embargo, el papel que suelen tener en los mitos de nuestra cultura no suele ser el de guardianas bondadosas que yo le otorgo: En una de las leyendas del conocido escritor Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870), más concretamente la titulada "Los ojos verdes", muestra a las ninfas como demonios desalmados que seducen a los hombres que se acercan a sus aguas para ahogarlos en ellas.
Sin embargo, en los mitos griegos (de dónde provienen), las ven simplemente como hijas de alguna deidad del rio en el que viven, o bien como descendientes del dios Océano. No se ven ni como seres benignos ni como demonios. Simplemente Náyades.
Se decía también que su vida estaba ligada a la masa de agua en la que vivían y, que si esta se secaba ellas morían. Algunos creían que eran hijas de Zeus, y muchas eran las leyendas que decían que, pese a ser criaturas de agua dulce, podían moverse por aguas subterráneas que las conducían al mar o a otro lago.
En resumen: Admiro realmente a esas criaturas acuáticas de origen griego, como tantos otros seres que han marcado la historia. Sin embargo me apena un poco el giro que se les ha dado con los siglos por parte de nuestra cultura. ¿Porque poner de malas a las pobres doncellas de agua? D: (si, soy una gran fan de las ninfas) Y es que, ya puestos a imaginar, ¿Porque no pensar en ellas como en algo bueno?
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