Hace tiempo que quería hablar de esto.
En mi familia ha habido siempre una gran afición e interés hacia el Feng Shui: Siempre que hemos tenido que pintar una habitación, cada vez que había que comprar un mueble nuevo o bien cambiar otro viejo de lugar, se ha seguido al pie de la letra cada una de las reglas que rigen esta táctica de estética china.
Seguro que, quién más y quién menos habrá oído hablar de la mítica filosofía del Feng Shui, y es que hay que decir que últimamente es algo que se está poniendo muy de moda: Podemos encontrar detalles procedentes de esta doctrina en cualquier establecimiento comercial, y también se está empezando a usar más en nuestros hogares.
Pero, ¿que es realmente el Feng Shui? Es un método milenario procedente de la china, como ya sabemos, que intenta armonizar todo lo que nos rodea de forma que nos ayude a estar en paz y mejorar nuestra vida. Al contrario de lo que suele pensar la gente, el Feng Shui está lejos de la magia y la superstición: Hay numerosos libros que dicen dar consejos sobre esta creencia cuando realmente de lo único que hablan es de presuntas muestras de mala suerte y otros relatos supersticiosos. Mi consejo: Si veis que el autor/a del texto que estáis leyendo empieza a hablar de objetos que, según el lugar en el que se sitúan, alteran el futuro de la casa y sus moradores, simplemente no os lo creáis. La técnica del Feng Shui puede ser muy útil si se trata con los métodos adecuados y, sobretodo, sin esperar cambios milagrosos o esotéricos.
Y ahora, la pregunta estrella: ¿Cómo funciona? Está es la parte, quizás, mas complicada.
Los colores, los objetos e incluso los olores. Todo lo que se pueda percibir a través de los sentidos entra en las reglas de esta filosofía: Su objetivo principal es que todo quede equilibrado de tal forma que suprima cualquier sentimiento desagradable. Pero no todo es tan fácil cómo parece; por ejemplo, según uno de sus principios, toda casa se divide en varias partes, en las que se sitúan diferentes áreas que tienen su significado. Estas zonas se averiguan gracias a un plano del hogar y con la ayuda del llamado “Bagua”, un mapa que nos ayuda a localizar cada zona para poder tratar cada una como se debe. Estas partes son: Conocimiento y sabiduría, Carrera y profesión, Viajes y amigos útiles, Creatividad e hijos, Salud, Familia, Amor y matrimonio, Fama y reputación y por último, Fortuna.
Organizar el mapa Bagua es lo principal, y a partir de ahí se van aplicando la pequeñas reglas, los consejos típicos del Feng Shui, con el objetivo de armonizar nuestro ser con lo que nos rodea.
Pronto escribiré una nueva entrada en la que enseñaré a aplicar el Bagua en el hogar, y poco a poco iré dando algunos consejillos que espero que os puedan ser útiles. Hasta entonces, Namaste! ;)
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